En los años 50, la carrera por el descubrimiento de la estructura del ADN estaba su máximo apogeo. Dos jóvenes científicos de la Universidad de Cambridge, Francis Crick,  graduado en Física, y James D. Watson, doctorado en Zoología, estaban muy interesados en los trabajos de Pauling y tomaron de él la metodología de estudio a través de modelos teóricos que encajasen con los escasos datos conseguidos de la estructura física del ADN. En 1951, propusieron una estructura de triple hélice en el ADN, con las bases nitrogenadas hacia fuera y grupos fosfato en el interior (figura 3), que resultó ser errónea y casi causó su despido. Pero ellos no abandonaron su propósito. Clave para su éxito final fue el trabajo de otro grupo en el King’s College de Londres, donde Maurice Wilkins and Rosalind Franklin estudiaban el ADN utilizando una técnica denominada “difracción de rayos X” (figura 4).
Ese mismo año, Watson asistió a una conferencia impartida por Franklin donde ella mostraba algunos de sus avances en la estructura del ADN (figura 5). En 1953, antes de que Franklin revelara sus conclusiones, su compañero Wilkins mostró a Watson imágenes de gran calidad obtenidas por Franklin, aparentemente sin su consentimiento. Eso fue crucial porque les dio la idea de un modelo compuesto de dos cadenas de nucleótidos, cada uno correspondiente a cada hélice de Franklin, pero una hacia arriba y la otra hacia abajo (figura 6). Esta estructura encajó perfectamente con todos los datos recopilados hasta el momento y dio lugar a la explicación posterior de que las dos cadenas de ADN son complementarias y cada una sirve de modelo para la síntesis de la otra durante la replicación genética asociada a la reproducción celular (figura 7). En 1962, Watson y Crick ganaron el Premio Nobel de fisiología/medicina por su descubrimiento, sin mención de Franklin.